sábado, 3 de noviembre de 2012

Novedades

Castellano, J.J. Poder, Autoridad y Obediencia entre padres e hijos. Una genealogía. 
Alción Editora, Córdoba, Argentina, 2012.




La presentación de un libro es un hecho amistoso, una instancia en la que se viene a palpar qué hay de nuevo en el orden de las palabras y las cosas. Es un acontecimiento comunicativo y fundador. Agradezco a Juan José Castellano y a la Editorial Alción por hacerme partícipe de este tan grato momento.

Las genealogías analizan las relaciones mutuas entre la verdad y el poder; el modo en que hay un “régimen político de la verdad”. Las genealogías explican cómo nos constituimos en sujetos humanos; cómo nos constituimos en sujetos que actúan sobre los demás. Las genealogías muestran el desarrollo de técnicas de poder dirigidas a los individuos, los efectos normativos del poder y el modo como la norma inviste a la ley, al sistema de derechos pensado desde el Estado: mecánica del poder normalizador que permite entender por qué las distintas “resistencias” se llevan a cabo en términos de “derechos”.

Estas problemáticas se ajustan y adquieren formas particulares en el  texto de Juan José Castellano a la vez que se transforman en una apuesta por mostrar la procedencia y la emergencia de discursos y prácticas, relaciones poder y resistencias, maneras de conducir a los otros y a sí mismos, modalidades de poder específicas que fijan las posiciones de los sujetos, los atan a una identidad, los clasifican y dan lugar a formas de subjetividad. Se pregunta: ¿Por qué los hijos fueron vistos como cosas poseíbles?, ¿por qué más tarde fueron sometidos a un sistema de sumisión y luego a relaciones de autoridad, donde se los ubicó en un rol pasivo teniendo como misión obedecer los designios y los deseos de los padres biológicos y sociales? Y asociado a ello, ¿por qué los Códigos Civiles en tiempos liberales y de racionalidad científica volvieron a mantener la estructura relacional de autoridad obediencia hasta el presente?

Castellano afronta en este texto la tarea teórico-práctica de indagación y aplicación de la categoría “relaciones de poder” entre  padres e hijos, entre hombres -padres- y mujeres -madres-, entre sujetos e instituciones, entre sujetos y sistemas  normativos; todos ellos sujetos a una configuración de identidad que se juega en dominios discursivos y  no discursivos. Se trata de un análisis genealógico que tiene en el centro de su preocupación la relación autoridad-sumisión, libertad-obediencia, el juego relacional entre padres e hijos, en particular y detalladamente. Tal análisis le permite determinar la correlación entre las modalidades de poder específicas que en  ese juego de autoridad-obediencia se ponen de manifiesto y la voluntad de verdad -con sus efectos de poder- que se expresa en el discurso jurídico sobre la patria potestad.

Juan José Castellano se pregunta: ¿Cómo explicar que lo desarrollado no es un análisis histórico?  Y responde: Si bien indaga el discurso jurídico, no es un tratado de derecho que viene a enunciar nuevamente el recorrido histórico de una “institución” que se constituyó como “natural”. Por el contrario, lo que interesa responder es ¿cómo se constituye el dispositivo de autoridad/obediencia en la relación entre padres e hijos?

 El análisis genealógico le permite mostrar de qué manera un conjunto de prácticas del poder parental -del orden intrafamiliar- se vuelven aceptables, y la manera como esas prácticas son enunciadas y conformadas por el discurso jurídico dentro de los límites estatutarios de la patria potestad. Y si pone énfasis en el discurso jurídico es porque en tanto discurso prescriptivo tuvo relevancia en los procesos de gobierno de las personas en nuestro país desde su constitución,  y en atención a su protagonismo en los procesos de secularización social en tiempos de la constitución de los Estados Nación. Y, en el caso de países emergentes como la Argentina, tuvo también una decisiva influencia en la ruptura con la tradición originaria toda vez que su construcción nacional fue el resultado de procesos heterónomos. En tal sentido, el discurso jurídico/normativo y jurídico/político fue medular; por su intermedio se reguló la vida privada y pública de las personas, afirma Castellano.

De ese modo, su trabajo permite problematizar los vínculos que se dan entre el Estado  y el discurso jurídico, la familia, el grupo social próximo, el medio de trabajo, la autoridad religiosa (todos los cuales son normativos, todos los cuales son susceptibles de desviación, todos los cuales tienen un marco de tolerancia y un umbral a partir del cual se requiere la exclusión; todos los cuales tienen un modo de afirmación de la autoridad y de la relación autoridad-obediencia). Campos discursivos de la familia y la ley que conviven con sus mutuas determinaciones y contradicciones, y en cuyos límites se juegan las resistencias de los sujetos y sus posibilidades de ejercicio de la libertad.

Describe y explica cómo las instancias  del derecho y la ley administran la infancia y la familia, las mujeres, los hombres y los niños, en su particularidad. Dota de inteligibilidad a los complejos procesos, mecanismos y modalidades de poder a través de los cuales opera el sistema jurídico y su concepción de “sujeto de derecho”; elabora un saber minucioso, analiza y configura un régimen político de la verdad sobre la infancia.

Reflexionar críticamente, objetivar el modo como establecemos un tipo de relación con el otro, problematizar la manera como actuamos sobre las posibilidades de acción de otros sujetos a fin de modificarlas, transformarlas, corregirlas, censurarlas, apreciarlas o fomentarlas es una tarea que nunca puede ser abandonada. Intentar entendernos a partir de lo que hacemos a los otros y lo que nos hacemos a nosotros mismos es un desafío permanente a la sensatez de la reflexión y a la creatividad de nuestra imaginación.

Juan José Castellano, abogado y psicólogo, tenaz trabajador en la defensa de los derechos de todos y cada uno de los niños,  enfrenta en este texto la tarea inacabada del análisis crítico de prácticas (sociales) concretas desde su interior a fin de deslegitimar los modos de hacer las cosas y las formas de institucionalización de los derechos y las libertades de los individuos; incita al lector a compartir el afán de comprendernos a partir de lo que hacemos y de analizar la forma en que interactuamos, poniendo en tensión nuestros modos de pensar y de actuar; de estudiar los procesos y las técnicas que se utilizan en diferentes contextos institucionales para operar sobre las conductas de los individuos, tomados en forma individual o grupal, para dar forma, dirigir, modificar el campo de sus acciones posibles, imponer fines a su inacción o inscribirla en estrategias globales. Es decir, analizar la manera en que los seres humanos nos gobernamos entre sí. Se trata, en suma, de analizar las prácticas sociales que median la relación entre el conocimiento, el sujeto y la verdad; los procesos a través de los cuales estas prácticas condicionan lo que se puede decir o no, el que tiene autoridad para decirlo y el que no, y los juegos de complementariedades y exclusiones a que se da lugar en una configuración histórica general y local. Esto es, ubicarnos en el orden de un diagnóstico que permita percibir que aquello que se ha vuelto natural y obvio puede ser modificado.


Cristina Solange Donda
Córdoba, 31 de octubre de 2012.