Castellano, J.J. Poder, Autoridad y Obediencia entre padres e hijos. Una genealogía.
Alción Editora, Córdoba, Argentina, 2012.
Alción Editora, Córdoba, Argentina, 2012.
La presentación de un libro es un hecho
amistoso, una instancia en la que se viene a palpar qué hay de nuevo en el
orden de las palabras y las cosas. Es un acontecimiento comunicativo y
fundador. Agradezco a Juan José Castellano y a la Editorial Alción por hacerme
partícipe de este tan grato momento.
Las genealogías analizan las relaciones mutuas entre
la verdad y el poder; el modo en que hay un “régimen político de la verdad”.
Las genealogías explican cómo nos constituimos en sujetos humanos; cómo nos
constituimos en sujetos que actúan sobre los demás. Las genealogías muestran el
desarrollo de técnicas de poder dirigidas a los individuos, los efectos
normativos del poder y el modo como la norma inviste a la ley, al sistema de
derechos pensado desde el Estado: mecánica del poder normalizador que permite
entender por qué las distintas “resistencias” se llevan a cabo en términos de
“derechos”.
Estas problemáticas
se ajustan y adquieren formas particulares en el texto de Juan José Castellano a la vez que se
transforman en una apuesta por mostrar la procedencia y la emergencia de
discursos y prácticas, relaciones poder y resistencias, maneras de conducir a
los otros y a sí mismos, modalidades de poder específicas que fijan las
posiciones de los sujetos, los atan a una identidad, los clasifican y dan lugar
a formas de subjetividad. Se pregunta:
¿Por qué los hijos fueron vistos como cosas poseíbles?, ¿por qué más tarde
fueron sometidos a un sistema de sumisión y luego a relaciones de autoridad,
donde se los ubicó en un rol pasivo teniendo como misión obedecer los designios
y los deseos de los padres biológicos y sociales? Y asociado a ello, ¿por qué
los Códigos Civiles en tiempos liberales y de racionalidad científica volvieron
a mantener la estructura relacional de autoridad obediencia hasta el presente?
Castellano afronta en este texto la tarea
teórico-práctica de indagación y aplicación de la categoría “relaciones de poder” entre padres e hijos, entre hombres -padres- y
mujeres -madres-, entre sujetos e instituciones, entre sujetos y sistemas normativos; todos ellos sujetos a una configuración de identidad que se juega en dominios
discursivos y no discursivos. Se trata
de un análisis genealógico que tiene en el centro de su preocupación la
relación autoridad-sumisión, libertad-obediencia, el juego relacional entre
padres e hijos, en particular y detalladamente. Tal análisis le permite determinar
la correlación entre las modalidades de poder específicas que en ese juego de autoridad-obediencia se ponen de
manifiesto y la voluntad de verdad -con sus efectos de poder- que se expresa en
el discurso jurídico sobre la patria
potestad.
Juan José Castellano se pregunta: ¿Cómo explicar que lo desarrollado no es un análisis histórico? Y responde: Si bien indaga el discurso jurídico, no es un tratado de derecho que
viene a enunciar nuevamente el recorrido histórico de una “institución” que se constituyó como “natural”.
Por el contrario, lo que interesa responder es ¿cómo se constituye el
dispositivo de autoridad/obediencia en la relación entre padres e hijos?
El análisis genealógico le permite mostrar de
qué manera un conjunto de prácticas del poder parental -del orden
intrafamiliar- se vuelven aceptables, y la manera como esas prácticas son
enunciadas y conformadas por el discurso jurídico dentro de los límites
estatutarios de la patria potestad. Y
si pone énfasis en el discurso jurídico es porque en tanto discurso
prescriptivo tuvo relevancia en los procesos de gobierno de las personas en
nuestro país desde su constitución, y en
atención a su protagonismo en los procesos de secularización social en tiempos de
la constitución de los Estados Nación. Y, en el caso de países emergentes como
la Argentina, tuvo también una decisiva influencia en la ruptura con la
tradición originaria toda vez que su construcción nacional fue el resultado de
procesos heterónomos. En tal sentido, el discurso jurídico/normativo y
jurídico/político fue medular; por su intermedio se reguló la vida privada y
pública de las personas, afirma Castellano.
De ese modo, su trabajo permite problematizar los
vínculos que se dan entre el Estado y el
discurso jurídico, la familia, el grupo social próximo, el medio de trabajo, la autoridad
religiosa (todos los cuales son normativos, todos los cuales son susceptibles
de desviación, todos los cuales tienen un marco de tolerancia y un umbral a
partir del cual se requiere la exclusión; todos los cuales tienen un modo de
afirmación de la autoridad y de la relación autoridad-obediencia). Campos discursivos de la familia y la ley que conviven con sus mutuas
determinaciones y contradicciones, y en cuyos límites se juegan las
resistencias de los sujetos y sus posibilidades de ejercicio de la libertad.
Describe y explica cómo las instancias del derecho y la ley administran la infancia
y la familia, las mujeres, los hombres y los niños, en su particularidad. Dota
de inteligibilidad a los complejos procesos, mecanismos y modalidades de poder
a través de los cuales opera el sistema jurídico y su concepción de “sujeto de
derecho”; elabora un saber minucioso, analiza y configura un régimen político de la verdad sobre la
infancia.
Reflexionar críticamente, objetivar el modo como establecemos un tipo
de relación con el otro, problematizar la manera como actuamos sobre las
posibilidades de acción de otros sujetos a fin de modificarlas, transformarlas,
corregirlas, censurarlas, apreciarlas o fomentarlas es una tarea que nunca
puede ser abandonada. Intentar entendernos a partir de lo que hacemos a los
otros y lo que nos hacemos a nosotros mismos es un desafío permanente a la
sensatez de la reflexión y a la creatividad de nuestra imaginación.
Juan José Castellano, abogado y psicólogo, tenaz trabajador en la
defensa de los derechos de todos y cada uno de los niños, enfrenta en este texto la tarea inacabada del
análisis crítico de prácticas (sociales) concretas desde su interior a fin de
deslegitimar los modos de hacer las cosas y las formas de institucionalización
de los derechos y las libertades de los individuos; incita al lector a
compartir el afán de comprendernos a partir de lo que hacemos y de analizar la
forma en que interactuamos, poniendo en tensión nuestros modos de pensar y de
actuar; de estudiar los procesos y las técnicas que se utilizan en diferentes
contextos institucionales para operar sobre las conductas de los individuos,
tomados en forma individual o grupal, para dar forma, dirigir, modificar el
campo de sus acciones posibles, imponer fines a su inacción o inscribirla en
estrategias globales. Es decir, analizar la manera en que los seres humanos nos
gobernamos entre sí. Se trata, en suma, de analizar las prácticas sociales que
median la relación entre el conocimiento, el sujeto y la verdad; los procesos a
través de los cuales estas prácticas condicionan lo que se puede decir o no, el
que tiene autoridad para decirlo y el que no, y los juegos de
complementariedades y exclusiones a que se da lugar en una configuración
histórica general y local. Esto es, ubicarnos en el orden de un diagnóstico que
permita percibir que aquello que se ha vuelto natural y obvio puede ser
modificado.
Cristina Solange
Donda
Córdoba, 31 de
octubre de 2012.